jueves, 20 de octubre de 2022

Mires por donde mires habrá alguien, a lo lejos, indistinguible de las esquinas y de los horizontes, de las sombras y de los ríos, que se esté muriendo: una silueta recortada en el vacío. Y estará solo, atormentado y asustado, y tú y yo también estamos solos, pero danzarines y gozosos como cerdos: mientras que él es la costra, nosotros somos la herida que aún está por abrirse.

(Lo que me extraña es que los moribundos no maten en masa, que no carguen su muerte contra los sanos, que el enfermo de muerte no se vengue de su enfermedad matándonos a todos. Armados con cuchillos enormes y afiladísimos, sueño un genocidio de los enfermos contra los sanos. Pero, paciencia, que no hay ninguna prisa, y yo mismo puedo ir afilando ya mi cuchillo).


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