sábado, 22 de octubre de 2022

El olvido de Iván Illich.

Lo más humillante no fueron las mentiras; lo más humillante no fue el dolor; lo más humillante no fue la muerte; lo más humillante fue que todo el mundo se olvidó de él. ¿Quién es Iván Illich?, preguntaban los que  habían sido sus amigos y sus compañeros si aparecía un informe o un documento firmado con ese nombre, archivado al fondo de una estantería polvorienta, donde convivía con todo tipo de instancias y apelaciones anacrónicas y caducas. A su familia le ocurrió lo mismo: sus hijos se olvidaron de su apellido y su mujer, naturalmente, terminó por olvidarse hasta de que tenía hijos, razón por la cual éstos terminaron por sentirse huérfanos y desahuciados y atesorando un gran rencor hacia el sistema. Para el universo fue como si Iván Illich nunca hubiese existido. Y llegó un día en que hasta para el propio universo fue como si el universo nunca hubiese existido. La entropía no perdona ningún informe. Amén.

viernes, 21 de octubre de 2022

LAS POLILLAS

Hubo una temporada, después de un golpe muy fuerte en la cabeza que me di con un martillo para tratar de borrar no sé qué recuerdo doloroso, en que logré conectarme telepáticamente con las polillas de mi armario; entendía perfectamente su idioma y nuestra relación era grata y cordial casi todo el tiempo. 

El problema es que sólo me hablaban de cosas terriblemente mediocres y aburridas, como el sabor de mis camisas, el olor de un jersey húmedo que se ha doblado antes de secar completamente, los inconvenientes para la natalidad de las polillas que representa un simple ambientador de pino o el proceso de descomposición de un cadáver colgado al lado de ese ambientador. En fin, ¡nada que yo no supiera ya!

Así, en cuanto tuve la oportunidad, y verdaderamente agotado de aquellas charlas banales, me arrodillé ante el armario, dejé mi cabeza entre sus puertas, me despedí de las polillas y de mi hermano y me golpeé en las sientes unas cincuenta veces, hasta perder el conocimiento y sumirme en un magnífico sueño celeste. Al despertarme, todo parecía estar bien: ya no estaba en mi casa, sino encerrado en algún sitio, y comiéndome mi ropa.


jueves, 20 de octubre de 2022

Mires por donde mires habrá alguien, a lo lejos, indistinguible de las esquinas y de los horizontes, de las sombras y de los ríos, que se esté muriendo: una silueta recortada en el vacío. Y estará solo, atormentado y asustado, y tú y yo también estamos solos, pero danzarines y gozosos como cerdos: mientras que él es la costra, nosotros somos la herida que aún está por abrirse.

(Lo que me extraña es que los moribundos no maten en masa, que no carguen su muerte contra los sanos, que el enfermo de muerte no se vengue de su enfermedad matándonos a todos. Armados con cuchillos enormes y afiladísimos, sueño un genocidio de los enfermos contra los sanos. Pero, paciencia, que no hay ninguna prisa, y yo mismo puedo ir afilando ya mi cuchillo).


miércoles, 12 de octubre de 2022

EL ROBOT RACIONAL

–Robot, coge unas mantas y abrígame, pues la noche refresca y tengo mucho frío –le dijo un hombre a su robot.

–¿Por qué? –respondió sencillamente el robot, que necesitaba comprender el sentido de su funcionalidad y en beneficio de qué interés particular debería a él importarle que el humano no pasara frío.


lunes, 10 de octubre de 2022

Es conocido que para matar a un monógamo, según informan diferentes bestiarios de origen medieval, es suficiente con cortarle la cabeza: pues un monógamo es incapaz de sobrevivir sin su cabeza más que unos pocos segundos, en los que parece limitarse únicamente a agonizar. Sin embargo, cuando le cortas la cabeza a un poliamoroso, éste es capaz de regenerar dos cabezas por cada cabeza que le amputas, ambas cabezas enamoradas de la ausente.

Es muy común, según la descripción de Santa Cunegunda, que publicó un bestiario, apenas estudiado, datado en el año 1616, que el poliamoroso exija, una vez que se le ha despojado de su cabeza, que se le despoje también de las dos primeras cabezas que regenera, pues su gran temor consiste en que, en ausencia de la cabeza primigenia, la dos cabezas resultantes se enamoren, transformándose en un monstruoso monógamo bicéfalo. Para el poliamoroso la orgía mínima aceptable son de cuatro cabezas por persona, aunque Santa Cunegunda, en su bestiario, refiere testimonios de poliamorosos de hasta ciento ochenta cabezas, todas ellas enamoradas entre sí.

Dicen que el héroe Heracles sólo pudo derrotar a la Hidra de Lerna seduciendo a todas sus cabezas hasta que éstas, celosas unas de las otras, se devoraron entre sí. Hay también quien opina, en referencia al mito griego, que Heracles nunca cesó de cortarle sus cabezas a la Hidra, que las reproducía tan incansablemente como el otro se las cortaba, al punto que ambos acabaron sepultados en cabezas y originando una forma de universo contiguo al nuestro, cosmogonía no tan absurda si se piensa en aquella según la cual Dios creó el mundo de la nada.


sábado, 1 de octubre de 2022

Las cucarachas viven mejor y más sabiamente que los hombres. De entre los hombres sólo aquel genio de Diógenes, del que se dice que reencarnó en cucaracha y que Aristóteles lo pisoteó para borrar, paradójicamente, su huella en la historia, pudo merecer un poco la pena. Pero ya sólo se acuerdan de él unos pocos historiadores, unos pocos díscolos y unos pocos pretenciosos; mas nadie sigue su ejemplo –y se reencarna en cucaracha–.