lunes, 29 de marzo de 2021

Una de las muchas tácticas de la guerra de guerrillas que es perfectamente trasladable al ámbito de la metafísica, una vez le declaramos la guerra a la Vida, es el corte de suministros, que se puede hacer gracias a lo que por lo común llamamos "posponer".

Evito hacer esto, lo demoro para más adelante, cuanto más deseo hacerlo para más tarde debo posponerlo. Al desplazar de este modo la acción a un tiempo remoto cuya materialización se verá condicionada y hasta definida por aquello que me negaré a hacer, desperdicio astutamente toda posibilidad de satisfacción y todo placer junto a sus desdenes y sus sentimientos de vacío consecuentes. 

Matiz Concluyente Nº1

El que pospone no pretende apartarse del tiempo presente, ignorando lo que debe o desea hacer, no es una repulsión del "hacer ahora", sino que precisamente se demora, es decir, no se pospone por fastidio del acto en sí ni del tiempo presente que debe ser colmado a partir de ese acto, tiempo que será realizado a partir de ese acto –pues quien no se mueve no envejece, os lo prometo, otra cosa es que siempre seamos víctimas de alguna forma de movimiento incontrolable– sino como protesta contra el tiempo venidero que hará explícita la inutilidad de todo acto, de todo hacer ahora. 

Matiz Concluyente Nº2

El que pospone se venga de la vida agrediéndose a sí mismo, arruinándose en todos los sentidos, ya que nada merece la pena hacerse y la experiencia lo demuestra. Pero el que pospone se venga con razón y se venga con astucia, ya que entrega así sus insatisfacciones naturales a una causa justa, que es la causa de aniquilar las insatisfacciones; otra cosa es si es posible salir victorioso de estas trifulcas... pero no hace falta salir victoriosos, sois tontos o qué, ya que es inútil que se haga una cosa u otra, antes que vivir irreflexiva e inercialmente, es preferible hacer lo que se parezca más a vivir con libertad y soberanía... Lo que se viene llamando el morir.

Conclusión cuestionadora Nº1

¿Es posible detener el envejecimiento, no sólo mediante la parálisis absoluta, que es como se ha demostrado impracticable, sino limitándose a repetir una y otra vez los mismos movimientos? ¿No anularía esa igualdad idéntica el sentido del tiempo? Ahora bien, ¿nos es posible repetir realmente los movimientos? Y si el “eterno retorno” es válido como hipótesis, ¿no son ya nuestras vidas repeticiones insaciables e incansables? Pues con la anulación del tiempo lineal y definitivo no sólo puede decirse que ya he vivido este momento, sino que debe decirse que lo estoy viviendo una y otra vez ahora mismo: los tres tiempos son verdad: he sido condenado, estoy siendo condenado y seré condenado: seré condenado por estar condenado, estaré condenado por haber sido condenado y estoy siendo condenado porque estaré condenado; o lo que es lo mismo,  da igual que posponga o no la finalización de estas meditaciones: ya las he finalizado, las estoy finalizando en este momento y ya las finalizaré mañana.

No hay comentarios: