domingo, 24 de abril de 2022

Breve análisis del(os) Golpe(s) de Dios

De Dios sabemos que no es una criatura rastrera ni tampoco un cobarde, ya que en el tercer salmo David le agradece el que golpee a sus enemigos en la cara. Lo que nunca sabremos es si Dios golpea con repertorio (uppercut, directos, crochet...) o sólo da guantazos deshonrosos

    La traducción del RVR1960, por ejemplo, no lo deja nada claro: «Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste». En otras traducciones se habla de "quijada" o simplemente de "golpear en la cara". En cualquier caso, ¿cómo se le puede romper los dientes a un “perverso” de un bofetón? La idea del golpeo con repertorio cobra sentido: si Dios es un ser omnisciente, entonces conoce todos los golpes posibles, aunque si es omnipotente, cualquiera de sus bofetones debería poder aniquilarte. (Ahora bien, si cualquiera de los golpes de Dios puede aniquilarte, ¿por qué Dios iba a elegir un golpe, en lugar de otro? Si el conocimiento de Dios es infinito, Dios nunca terminaría de elegir; pero si Dios tiene las opciones limitadas, como sabemos que así es, puesto que PASAN COSAS, en lugar de NO PASAR NADA EN SUSPENSIÓN DE TODO LO QUE PUEDE PASAR, lo lógico es que Dios, por su fetiche de trinitario, utilice sólo tres tipos de golpes, o incluso que Dios siempre golpeé tres veces: el golpe como padre, el golpe como hijo y el golpe como espíritu santo; el golpe con la mente, el golpe con el alma y el golpe con la carne... Incluso: un golpe que le da al hombre como Padre, otro golpe que se da a sí mismo como Hijo y un golpe intermedio e incomprensible en que Dios golpea el mismo golpe como Espíritu santo(1). –A ver, a ver, discutamos esto: ¿acaso no puede golpear Dios al Hombre como Mente, a sí mismo como Alma y fallar un tercer golpe como Carne, porque la Carne siempre fracasa…? Ya que en sentido estricto no sería un fracaso de Dios sino un símbolo en Dios del fracaso de la materia–). Claro que podría ser, prescindiendo de la hipótesis tanto de su omniscencia como de su omnipotencia, las cuales no pretendo enfrentar mediante un razonamiento lógico un domingo tan tranquilo para mi ánimo como éste, que los perversos tengan dientes de leche. A partir de lo cual cabría asimismo preguntarse si Dios es un abusón o si los perversos son, por definición, seres infantiles y sin madurar.

    Si los perversos se encuentran condenados a su infancia, tanto que nunca se les caen los dientes de leche hasta que Dios no les sacude (¿parábola de la madurez, esto es, del desencanto de la vida a través de las hostias que nos depara la vida, ergo del conocimiento y hasta de la sabiduría?) el dilema ético está clarísimo: ¿qué derecho tiene Dios a castigar al débil, sólo porque es su decisión seguir siendo débil, aparte, naturalmente, del derecho que proporciona dominar el gancho de “derechas”?


1. Para otro artículo: ¿puede Dios golpear no el mismo golpe, sino la necesidad del golpe? ¿Es este el fracaso de carne, la subordinación del alma al reino de la necesidad? ¿Qué sabían los gnósticos, a través de Platón, que a nosotros se nos escapa?

No hay comentarios: