lunes, 19 de abril de 2021

Torre de Babel

Hay que entregarse a las ideas, dejar que las ideas nos posean y nos arrebaten los titubeos y las cobardías. Ojalá pudiera mataros a todos para demostrar mi punto, porque mataros de uno en uno, o sólo a un hombre y nada más que a un hombre, no demuestra nada, tenéis que morir todos a la vez o será en vano que muera nadie. 

Pero no mataros por fanatismo ni por simple amor a la brutalidad, sino porque quiero erigir un monolito con vuestras cabezas que se consagre únicamente a la verdad. Os habéis puesto al servicio de la confusión, de la indiferencia, de la mentira. Yo os pondré al servicio de la verdad.

Quiero contemplar mi obra tan alta como el cielo y encontrarme con vuestras caras al fin satisfechas, al fin redimidas –Comparto muchísimos pecados con los hombres: prácticamente cada segundo que continúo con vida es un pecado nuevo que me invento–. Le rezaré a vuestras cabezas y, por lo tanto, a la verdad y nada más que a la verdad. La verdad sabrá perdonarme. En mi torre de Babel no se hablará ningún idioma, no se devolverá ninguna mirada. No habrá idiomas, no habrá miradas, sólo cabezas vacías, rostros ciegos y voces ahogadas... 

Cristo vino a salvar vuestras almas, yo vengo a redimirlas.

No hay comentarios: